Periodistas, miembros de la Federación de Asociaciones de Prensa de
España, escritores especializados, pescadores deportivos y amantes de nuestros
ríos y humedales, reunidos hoy, y en las últimas jornadas dedicadas a la pesca
sostenible, en el embalse de Beche, Abegondo en la Comarca de As Mariñas (A
Coruña), exponemos la siguiente declaración y solicitamos que sea suscrita por
administraciones y entidades interesadas, como símbolo y acicate de su
compromiso en la imprescindible y cada vez más urgente tarea de cuidar nuestro
medio natural y especialmente nuestros ríos y humedales.
El agua es el
vehículo de la vida. El Planeta Tierra debería de llamarse el Planeta Agua,
no solo porque la mayor parte de su superficie esta cubierta por agua líquida o
hielo, sino sobre todo, porque la vida aquí depende del agua. El agua es la que
la hace posible. Los seres humanos dependemos tanto del agua que diversas
investigaciones demuestran que la sola contemplación de superficies de agua
limpia nos produce bienestar físico y mental y reduce nuestro ritmo cardíaco.
Toda el agua que consumimos a diario y de muy diversas maneras, proviene de los
ecosistemas por los que circula. Son ellos los que de verdad la gestionan:
impiden su evaporación, equilibran su flujo a lo largo de todo el año y la
mantienen en un estado saludable. Conservar estos ecosistemas es conservar el
agua corriente y todos los usos que de ella hacemos. Al final, es cuidar de
nuestra salud y del futuro de nuestros hijos y nietos.
El agua debe de
ser de todos, pero también todos debemos cuidarla. ¡No podemos vivir sin
agua! El agua debe de continuar siendo un bien público y como tal, su acceso
debe de continuar siendo garantizado, pero no hay que darlo por supuesto: se
dice que las guerras del futuro serán por el agua. Lamentablemente a menudo los
bienes públicos no resultan lo suficientemente valorados. Es labor y
responsabilidad de todos: administraciones, empresas, ciudadanas y ciudadanos,
hacer un uso sostenible del agua y mantenerla a ella y a su entorno en un estado
saludable. Un gesto pequeño de muchos se convierte en un gran
gesto.
Conservar nuestros recursos requiere aprendizaje y por tanto,
educación. Sólo cuando el agua escasea somos conscientes de su verdadero
valor. La industrialización de nuestro medio, su urbanización y las nuevas
dinámicas productivas, han alejado a la sociedad de los procesos naturales,
haciéndonos creer que el agua nace del grifo y que su disponibilidad es
infinita. Nada más lejos de la realidad. El agua es un bien cada vez más escaso
y amenazado, los ecosistemas que la regulan cada vez están más menguados y su
mal uso y abuso cada vez más extendido. Educar a los niños para que gestionen
adecuadamente el agua en el futuro es imprescindible, pero sería altamente
irresponsable esperar al futuro para gestionar adecuadamente nuestros recursos
naturales. Todos los sectores involucrados en su uso necesitan ya de propuestas
educativas específicas y adecuadas a su realidad. Los pescadores deportivos no
son una excepción. Su actividad a menudo de desenvuelve en lugares privilegiados
y estratégicos para la salud de los ecosistemas y para la salubridad del ciclo
del agua. Educar hoy, eficazmente y a todos, es garantizar la pesca y el agua
del mañana.
La investigación resulta más necesaria que nunca. Aún en
tiempo de crisis, debemos de mejorar en el estudio y conocimiento de nuestros
ecosistemas, en su biología y las relaciones entre los fascinantes seres que los
habitan, en como conservarlos y también en como restaurar los hábitats
degradados si resulta necesario. Es preciso una gestión cada vez mas eficaz del
recurso agua y esa gestión debe de estar basada en criterios
científicos.
No hay pesca sin peces. Los peces son el capital de la
pesca deportiva. El cuidado con el que el pescador trate a los peces y a los
ríos y embalses donde habitan, marcará su futura abundancia y calidad. Cada
gesto tiene importancia y sirve de ejemplo para los demás: no dañar a la
vegetación ribereña, no arrojar basuras ni envoltorios al medio, respetar las
normas, o capturar el número establecido o menor de peces, son acciones
imprescindibles para asegurar el futuro de la pesca deportiva. Pero además, en
cada captura el pescador tiene la opción de soltar de nuevo el ejemplar o
guardarlo en su cesto. Esa decisión debe de tomarse con responsabilidad y con
visión de futuro. Un pez liberado después de haberse manipulado con el protocolo
adecuado, es garantía de una futura pesca deportiva de calidad.
La pesca,
motor de desarrollo. Además de una actividad de ocio y que fomenta el contacto de
las personas con el medio natural, es necesario reconocer que la pesca deportiva
puede llegar a ser una importante fuente de ingresos para las zonas donde se
desenvuelve. Por tanto, una adecuada gestión de este recurso, bien desde el
punto de vista deportivo, bien desde el punto de vista turístico, puede
contribuir al desarrollo socio-económico estos lugares. La pesca es sinónimo de
calidad de vida y un dinamizador social. Por todo ello, reunidos los aquí
presentes y en nombre de un amplio número de profesionales de la pesca
sostenible que han pasado estos días por el embalse de Beche, Abegondo: instamos
a administraciones públicas, asociaciones, empresas, pescadores y ciudadanos
individuales, a que suscriban esta Declaración de Abegondo – As Mariñas sobre
pesca sostenible y conservación de nuestros ríos y humedales y emprendan cuanto
antes las acciones necesarias para que se cumplan sus fines. Beche,
Abegondo, a 2 de Junio del 2012.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario