Este fin de semana visitamos un acotado de pesca intensiva con mucha solera. Y, digo con mucha solera, porque en ocasiones lo hemos pasado realmente bien, y en muchas ocasiones fue como un examen de principiante.
Lo ocurrido este fin de semana (y ya a últimos días de temporada), ha sido un examen.
Un examen con nota de aprobado por los pelos ya que los peces muy recelosos y selectivos, volvieron a darnos una lección de humildad, en la que nos han hecho ver que nuestras imitaciones no son más que meras falacias de lo que pretendemos copiar de la naturaleza,
y que para engañar un pez cómo "ÉSTOS" no bastan nuestras mejores imitaciones y nuestros hilos más finos, también hay que poner el "alma" al final de nuestro terminal Capturar seis piezas a seca y una a ninfa en esta jornada (sin contar algunas que se soltaron y no legaron a la mano) que duró desde las doce de la mañana hasta las seis de la tarde y comiendo en superficie casi constantemente, no es más que una mínima parte de una historia que debió ser, como poco, interminable, por la cantidad de peces que allí había. Pero la pesca deportiva es así, y habría que ser un genio (como pocos que son los que hay), para haber hecho más capturas durante esas horas y a esta modalidad. Debo reconocer que esta vez nos han ganado por goleada.
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2 comentarios:
¿Los truchas en que se parecen a las mujeres?
En que siempre tiene que ser cuando ellas quieran.
Los guapos ligan con las menos afortunadas y las guapas con los menos afortunados.
Las truchas siempre son las que ligan, pero si tienen hambre.
Lo importantes es estar en plena naturaleza, con los amigos y ver esas libreas preciosas, como se escapan de entre nuestras manos cuando las devolvemos al agua.
Un abrazo, amigo Paco.
Por supuesto que si, querido amigo, siempre es como tú dices, y está bien que continúe así y no cambie.
Muchas veces lo importante no es lo que vamos a buscar, si no, lo que encontramos allí.
Un abrazo.
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