I JORNADAS DIVULGATIVAS DE PESCA A MOSCA
CLUB DEPORTIVO MOSQUEROS DEL TORMES
(Salamanca)
(Días 19 y 26 de febrero)
PATROCINADAS POR EL CORTE INGLES Y LA GACETA DE SALAMANCA
Téxto: Javier de Cabo
Fotos: Paco Redondo, Jesús Sánchez.
Finalizamos las primeras jornadas del C.D. Mosqueros del Tormes, con una asistencia dispar .El primer día 19 de febrero lleno total con gente que no se pudo sentar y al sábado siguiente día 26 con escasez de gente ya que únicamente se ocupo la mitad del aforo que cuenta con una capacidad para 40 personas sentadas.
El día radiante que amaneció y las charlas que parece ser aburren, puede ser la causa de la escasez de público no importando mucho si los ponentes son de los de altura y el tema a tratar de candente actualidad, máxime a partir del borrador de la futura Ley. El programa no lo voy a contar otra vez, ya lo sabéis, del primer día decir que la intervención de nuestro
Y los montajes donde
de Paco y Tasio que decir si de todos es sabido como montadores.
El segundo día con unas exposiciones muy aclaratorias de lo que es el mundo de la pesca sin muerte, siendo el tema desmenuzado a conciencia con la
experiencia y gran conocimiento sobre el mismo por Emilio Roy,
rematado por un Nacho de forma magistral nos dejo a todos claro lo que es la gestión y como se debería funcionar en un tema para el que aun nos queda mucho, no estando preparados
y que a tenor de la asistencia no interesa mucho al personal.
El “fracaso” entre comillas por la escasa asistencia de público, en el segundo día de las jornadas donde ni los socios del club respondieron, se suplió con una puesta en escena de mesa y mantel y una sobremesa larga, de las de no olvidar y que solo por ella mereció la pena todo el esfuerzo llevado por todos los que hicimos posibles estas jornadas.
Desde este modesto articulo quiero dar las gracias a todos los que ese día me regalaron una comida y sobremesa de las de recordar, donde nos pusieron un “bobobante” del que otros decían que era un
“cangrejo señal” sacado del Tormes con arroz, de chupa pan y moja, regado con un vino de la tierra y una sobremesa dicharachera de muchas risas y que como he comentado digna de recordar, desde estas humildes letras doy las gracias al cielo y os digo aunque algunos no lo crean, que esto también es pescar…
(Los más pequeños que asistieron a las jornadas de montaje, se sintieron atraidos por alguna imitaciones.)
No puedo terminar este artículo sin destacar unas cuantas frases de escritores ilustres de nuestra literatura universal, mencionados en las jornadas y que pueden ser aclaratorias del misterio de la pesca y del porque nos gusta tanto pescar.
Pesco porque así escapo de anuncios de televisión, de reuniones y de poses sociales. Porque en un mundo donde la mayoría de los hombres parecen pasar sus vidas haciendo cosas que detestan, mi pesca es a la vez una fuente inagotable de placer y una pequeña rebelión.
Porque las truchas no mienten, ni engañan, y no pueden ser compradas ni sobornadas o impresionadas con el poder, sino que responden únicamente a la quietud, a la humildad y a una infinita paciencia.
Porque sospecho que el hombre recorre este camino por última vez y yo al menos no quiero desperdiciar el viaje.
Porque, afortunadamente, no hay teléfonos en los ríos trucheros; porque solamente en los bosques puedo encontrar la soledad sin sentirme solo; porque el whisky que se toma en una vieja taza de hojalata siempre sabe mejor; porque quizás algún día atraparé una sirena.
Y, finalmente, no porque considere que pescar sea tan terriblemente importante, sino porque sospecho que el resto de las preocupaciones de los hombres son igualmente intranscendentes y ni por asomo tan divertidas.”
Poco o mejor nada más que añadir a un texto tan inspirado.
Y el segundo no podía ser otro que el texto escrito por un gran castellano de pura cepa D. Miguel Delibes. Que estas palabras hoy recordadas sirvan de homenaje a este compañero pescador.
De su libro “Mis amigas las truchas” “la tralla”.
“…La tralla es maña más que fuerza. Hay que dibujar, no apalear. No se trata de fustigar a un caballo. Por eso en el más templado de mis lances, sobre un cachón, se engancho la única trucha de la tarde: un alevín despreciable no mayor de doce centímetros que, sin embargo, me produjo una desproporcionada alegría.
En una palabra, por primera vez vi que la cosa es factible por más que la técnica de la recogida, sujetando caña y cola de rata con una mano y tirando de la punta de ésta con la otra es casi tan prehistórica como la del lanzamiento, que ya es decir. “
Concluyo diciendo que las jornadas han sido exitosas a nivel general y que si Dios quiere y lo permite repetiremos el año que viene, esperando que la respuesta de los socios del Club para los que están pensadas sea más generosa y con ello podamos ir creciendo un poco más.
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