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21 nov 2007

Reflexiones de un pescador a mosca.

La sabiduría de los mosqueros va en aumento, generando una inquietud en nuestra conciencia que nos impide maltratar los peces que capturamos infringiéndoles el menor daño o detrimento posible, con el fin de que la mortandad generada por el trasiego de su pesca disminuya ostensiblemente a favor de su recuperación. Su vulnerabilidad, está directamente relacionada con nosotros. Los pescadores más simples o tradicionales, y de los más sofisticados con sus equipos de última moda y una parafernalia impresionante, sea cual fuere su modalidad. Todos, debemos de ser conscientes de que estos seres están vivos y sienten en sus carnes el dolor que nosotros les producimos con nuestros anzuelos, por ello debemos ser cuidadosos y tratarles con el mayor respeto y delicadeza, procurando que su liberación sea lo más rápida y suave posible. Sin brusquedades a la hora de arrancar el anzuelo, dejándoles con suavidad en el agua. Su estrés, bajará considerablemente si la acción de pesca resulta lo más rápida posible.
Tratare de precisar todas y cada una de las características de los temas y textos de este blog con palabras sencillas y evidentes para cualquier persona ya sea pescador o no. Esto hará que se desarrolle el interés por su lectura dándole la justa medida por su naturalidad y sencillez, sin restarle por ello la plena satisfacción de haber conseguido entender y comprender lo más útil y necesario, para conseguir el único fin para el que se ha escrito. Pescar inteligentemente, montando tus propias moscas . 

Mis primeras "Moscas"

Mis primeras "moscas".

Por supuesto mis primeras moscas fueron compradas. Como la mayoría de los mosqueros de aquella época, hubo un tiempo en que no teníamos ni idea de lo que era una mosca para la pesca. Secas, ninfas, emergentes, dípteros, eclosiones…eran vocablos que no tenían ningún sentido ni valor ”piscatorio” que supiéramos comprender. Dándonos cuenta de nuestra ignorancia, (los pluralismos se comprenden si entendemos que éramos mi hermano Tasio y yo, los implicados en esforzarnos por entender tan novedosa modalidad) decidimos comprar algunas imitaciones de lo que nos pareció lo más oportuno en aquellos momentos.
En mi recuerdo está una imitación de” rhodani” de color oliva, montada en un anzuelo pequeño (quizá un dieciocho) con hackle gris en parachute. Capturé varios peces con ella antes de perderla. Después conseguí imitarla durante algún tiempo, no se si con mejores o peores resultados, pero lo que si recuerdo muy bien, eran aquella enormes plumas que poníamos como hackles, que tantas y tantas veces nos rechazaban las truchas. Por aquel entonces había cantidad de ellas allí donde solíamos pescar en el río Tormes.
Éste río, el Tormes. Ha sido mi escuela por excelencia. Desde su entrada en la provincia de Salamanca, allá por el pueblo de Puente de Congosto, hasta las inmediaciones de Huerta muchos km. más abajo, donde de vez en cuando nos daba alguna alegría una trucha que se dignaba tomar nuestras toscas imitaciones. Lo que ha cambiado mi técnica desde entonces, también lo han hecho mis formas, actitudes, y modos obteniendo así mejores resultados. Pero lo que no ha cambiado son mis ganas de seguir aprendiendo. Ejercitando todo lo que pueda y en cuantas más ocasiones mejor. Esta modalidad, que tiene algo tan especial que lleva a todo el que la prueba a intentar practicarla, cambiando así toda su visión hacia un nuevo perfil en su forma de pescar. De ahí, que a mis primeras moscas, le hayan seguido tantas otras con la misma ilusión con la que hice aquellas. Aún sigo mejorando mis montajes. A los antiguos, (que aún pescan) complementándolos con nuevos materiales. Con innovaciones que encontramos en tiendas especializadas, o incluso en las de baratillo donde podemos encontrar componentes muy interesantes y de fácil aplicación para nuevos modelos. Después de tantos años, llegas ha tener en tu casa una pequeña tienda, con tantos y tan variados componentes acumulados de los que siempre estas necesitado, a la vez que, incrementado con alguno diferente. Hubo un tiempo, en que comprábamos muchos de los materiales importados del extranjero, (como Francia o Estados Unidos) para la confección de nuestras imitaciones y, con el afán de poseer cada vez más y más diversos materiales, con los que poder construir más y mejores moscas para engañar a unos cada vez más reacios peces. Después con el paso de los años, con la inestimable colaboración de mi hermano Tasio, y de mi amigo Cesáreo,
junto a todas las personas que vas conociendo, con las que tienes un intercambio de ideas…continúa una rueda de la cual, es imposible salir. Así,con todo esto y con los medios de que dispongo a mi alcance, he logrado llevar a cabo muchos de mis trabajos cumplidos y muchas y nuevas imitaciones. Sin ello no habría podido realizar mis compromisos personales, esforzándome para mejorar mi técnica de la cual sigo disfrutando e innovando, para que todo aquel mosquero que confié en ella, se deleite con los resultados, y pueda mejorarlos con aportaciones de sus propias experiencias. Éste, es el perfil de la pesca con mosca, o al menos, así la veo yo “.Compartir con simpleza para mejorar sin presunción” Éste sería un buen "eslogan" para un buen mosquero.Alguna de las nuevas posibilidades.
Con mucha más experiencia.

Materiales, formas y modos

sobre formas y modos, en el uso de nuevos materiales en los montajes de moscas para la pesca. Como es bien sabido por la mayoría de los mosqueros, la pesca con mosca comprende una serie de opciones a la hora de elegir los materiales más adecuados para la confección de las mismas. A saber; Los clásicos: son todos aquellos que nos ha legado la tradición y que en la mayoría de los casos nos negamos a sustituir pensando que si no los utilizamos nuestras moscas no van a funcionar, o peor aún, que los peces no se van a sentir atraídos por ellas. Y, los de nueva generación, que por si solos no pueden suplir a los clásicos, pero sí, combinados con estos. Y en todos los casos resultan mucho más eficaces, cuado lo que se pretende conseguir es dotar a nuestra imitación de la sensación de realidad que se consigue con ellos, utilizando los más apropiados para cada circunstancia o necesidad. En otros casos, lo que queremos es que la imitación flote, se hunda, brille... o rebajar el coste de su precio sin que ello merme en exceso la eficacia de las mismas, dado que muchos de estos materiales son relativamente baratos y de fácil adquisición en todo tipo de tiendas de baratillo.
Aquí describiremos algunos de estos materiales y las formas de usarlos en algunas imitaciones. La eficacia de las mismas está contrastada por expertos pescadores, que han apoyado la iniciativa de cambiar formas y sistemas, con nuevos y divertidos montajes que en la práctica han dado resultados tan espectaculares como podréis observar en alguna foto.
Esto son tiras de silicona. Muy utilizadas para la confección de cuerpos de pequeñas efímeras. (Entre otras) Por su extremada finura, traslucidez, bajo precio y fácil utilización.
El papel de regalo. Insoluble en el agua, resulta estupendo para la imitación de la queratina que muchos coleópteros poseen en sus élitros o caparazones, dotándoles de una realidad que con otros materiales no sería posible conseguir. Tiras de rafia sintética para infinidad de aplicaciones. Fibras para la confección de cuerpos alargados, alas de libélulas etc. Látex en tiras. Muchos montajes se pueden realizar con este material. Y no digamos de la variedad de colores de foam y todas sus aplicaciones. Cristalflax... colores variados de pelos de ciervo... vinilos de todos los colores y otros muchos que veremos en algún que otro montaje. Cómo se puede montar una hormiga con foam, y alguna variante con el mismo modo de montaje, pero usando ciervo en las patas, o hackle, o ambas a la vez. Las tiras de látex pueden usarse para imitar perfectamente el torso de una larva de riacóphila, y estas son sus fases más interesantes.
Además de otras variantes con el mismo modo de montaje.

Coleópteros de foam. Cuantas veces hemos echado de menos una buena imitación de escarabajo, de la especie que fuere, para capturar esa enorme carpa que deambulando por la orilla veíamos alimentarse, haciendo caso omiso de todas nuestras moscas clásicas que pasaban por encima de ella sin inmutarse. Veremos cómo puede utilizarse este productoY, que decir de una imitación de saltamontes, en la que hemos utilizado papeles insolubles en el agua, junto con pelos, dubbing, foam y algunas tiras de plásticos.
Me gustaría dar a conocer muchos más aspectos y utilidades de estos nuevos materiales que son para mí fuente de nuevas creaciones, además de una suerte, dado que son muy eficaces y en alguna ocasión he conseguido capturas que con otras formas y montajes no me habría sido posible. Pero son tantos y tan diversos que no se pueden mostrar todos en un día. Quizá en una próxima ocasión montaremos efímeras, ninfas, emergentes, libélulas, streamers, etc. Aún así, hemos visto algunas formas nuevas de acometer los montajes de unas moscas sencillas y eficaces a la vez que originales.
Montad estas imitaciones y estaréis orgullosos de vuestras propias creaciones.
Estos son algunos resultados.
Y...alguno más.

23 oct 2007

Pescando Barbos con mosca seca en embalse

Pescar barbos a mosca, o mejor dicho; con escarabajos y hormigas, hechos con foam y plumas, o pelos de cérvidos, es una actividad que llena con creces nuestras jornadas de pesca, cuando no tenemos opción de hacerlo con otras especies que para la mayoría de los mosqueros, pudieran ser más interesantes.
La verdad es, que son unos espléndidos animales, agradecidos, llenos de energía, que no dudan en tomar nuestra mosca bien presentada y con los que puedes entablar duras y bonitas batallas dependiendo de su tamaño. En cualquier caso, y, por haber vivido con ellos jornadas inolvidables, para mí, tienen un lugar especial y todo mi respeto, dentro de las especies "pescables"bien merecido

18 oct 2007

Catálogo de moscas 2006

Estas son alguna de mis creaciones favoritas de montajes de moscas para pescar que utilicé en la pasada temporada de 2006. Muchas de ellas aún las sigo montando. Es entretenido. Disfrutad viéndolo y escuchando su música.

22 sept 2007

Divagaciones de un mosquero

Divagaciones de un mosquero.

Es tal el desconcierto que tenemos en ciertas ocasiones puntuales durante nuestra jornada de pesca, sobre la actitud, condición, posición de los peces que pretendemos pescar, que a la mayoría de los mosqueros noveles, y aun muchos veteranos o experimentados, nos resulta difícil de elegir una forma de actuar para desenvolvernos con éxito en estas situaciones, en las que los peces nos hacen percibir nuestro nivel de competencia y nos hacen sentir tan humildes como lo son nuestros fallidos plagios que pretenden ser copias de lo imposible, sin darnos cuenta de lo absurdo que es intentar emular las propias obras de la naturaleza.
Aunque muchos de nosotros lo intentemos y lo único que conseguimos son meros y simples esbozos abstractos, inconcretos, e indefinidos, con una vaga similitud de importancia, pero sin valor natural alguno. Aún así, y habiéndose escrito sobre este tema en innumerables ocasiones, pretendo ayudar a los más novatos en este difícil arte que es la pesca con mosca y cola de rata. Basándome en mis propias experiencias y costumbres. Poniendo en práctica algunos de mis métodos, técnicas, y procedimientos de actuación en estas ocasiones difíciles en las que solemos encontrarnos, sin tener más argumento que decir. No sé que hacer. En estos momentos, no sé que” carajos” están comiendo. Siempre se ha dicho que la observación es muy importante. Yo, voy más lejos y digo que es básico. Fundamental. Esencial .Primordial. Sin la observación generalizada de todo lo que se desenvuelve y rodea nuestro medio, no podremos hacer un sencillo análisis de las condiciones en las que nos encontramos para desentrañar los enigmas que rodean a insectos, peces y mosqueros en situación de la práctica de la pesca. No es necesario ser un experto entomólogo. Aunque si conviene conocer, y no pecar de ignorancia, en el aspecto fundamental sobre el desarrollo de los insectos y su evolución en su medio natural. Esto nos ayudará a no cometer errores que harían que nuestro intento por conseguir que los peces tomen nuestras artificiales, no sea un categórico fracaso, con la consiguiente desilusión. Es pues obvio que debemos conocer al menos el aspecto y la forma de determinados insectos para conseguir unas imitaciones lo más dignas y plausibles para que sean meritorias de crear la suficiente incertidumbre en los peces, como para que aumente su interés atractivo hasta el punto de que supere al de su desconfianza. Ahora ya estamos en la orilla del río. Son las diez de la mañana de un día de mediados de Junio. Hemos dedicado unos minutos a la observación. No resulta muy difícil, y cuando nos acostumbremos sabremos que es lo más adecuado para poner en la punta de nuestra línea. Lo ilustraremos con un ejemplo: observamos que es el principio de una eclosión de insectos. Hay tomadas en superficie, y nuestros nervios se ponen de punta. No hay que precipitarse y continuar con la observación. Aún no vemos el insecto tomado. Si dedicamos unos minutos más a ese pez en actividad, veremos cómo unas veces toma algún subimago, y otras han tomado algo que a nuestros ojos no existía. Es muy posible que esté tomando todo el alimento que le llega por encima y por debajo del agua. Pasado algún tiempo más, y a medida que la eclosión aumenta en cantidad, observamos que su actividad se reduce a lo que ya no somos capaces de ver. Tomando únicamente los insectos aún por eclosionar. Los emergentes.Y, haciendo caso omiso de todos los subimagos que flotan por encima del pez, en la superficie. Es en este momento cuando tendremos que tomar la decisión de elegir nuestra imitación más adecuada. Supongamos que hemos llegado antes de todo esto al río. Nos disponemos a pescar una zona de aguas movidas, pero no rápidas. Con una profundidad media de un metro, de un río no demasiado grande. Como es natural dedicamos un momento a la observación y, no vemos que haya actividad alguna. Ni por parte de los peces ni de los insectos. Las truchas (en este caso) deben de estar pegadas al fondo esperando algún alimento fácil. Sin moverse demasiado. No les conviene gastar nada de su energía por una comida que saben tendrán en abundancia a una hora determinada del día. Su tónica es descansar y esperar. En nuestro afán por pescar nos metemos en el agua. Hemos montado en punta, una larva de tricóptero lastrada. De un color verde oliva, con el tórax de color teja en dubbing deshilachado. Unos treinta centímetros más arriba y con una hijuela de ocho a diez cm. Una emergente también de Tricóptero. Llevamos algún tiempo pescando con esta técnica y hemos obtenido algunas tomas y capturado alguna trucha. Pero ya observamos alguna ceba en superficie y vemos cómo eclosionan algunos insectos. Principalmente bétidos. Es el principio de una eclosión. Nos conviene cambiar las ninfas por una imitación de subimago del mismo tamaño y color de los que vemos eclosionar. Tendremos alguna subida y capturaremos algún ejemplar. Pero conforme aumente en número la eclosión, los rechazos serán cada vez más numerosos, llegando incluso a ver cómo alguna trucha se esté cebando de forma continuada haciendo caso omiso de nuestra imitación de subimago, e incluso de todos los subimagos naturales que derivan por encima de ella.
Existe un momento, más o menos duradero durante la eclosión, cuando ésta alcanza su máximo auge y la superficie del agua está tapizado de insectos, en el que las truchas no toman subimagos, si no, que únicamente lo hacen con los emergentes. Es tal la abundancia de ellos, que aunque el recorrido del emergente sea inferior al de un subimago, tienen tiempo suficiente para alimentarse sin parar y sin la necesidad de asomar la cabeza fuera del agua. Por lo que observamos cómo se mueve la superficie sin que el pez tome nada aparente. No deberá ser duradera nuestra decepción, si disponemos de una imitación emergente, del color y proporciones adecuadas a las del insecto que está eclosionando en esos momentos.
Aunque estos casos (y esta es una opinión muy personal) en que los peces toman solamente emergentes, suelen darse casi siempre con abundantes eclosiones, no debiera ser impedimento para que el mosquero versado y con autoridad.
Con su experiencia, destreza y habilidad, consiga junto con alguna de sus oportunas y acertadas imitaciones engañar los suficientes peces como para pasar un rato inolvidable dentro de su entorno preferido, practicando su afición favorita, sin tener que decir aquello de “ Hube de dejarlas por imposible”. Con todo alguna vez nos ocurrirá en que no tengamos aquello de lo que “ellas” se están alimentando, y que sea la causa de nuestra desesperación. Pero la pesca con mosca es precisamente esto. Un discurrir para descubrir nuevas formas y modos, que entre todos los que nos dedicamos a ella, no cesamos en nuestro empeño por hacer de este arte nuestro deporte favorito
y, que es la base fundamental de su atractivo.
Estas no son más que divagaciones de un mosquero.

Paco Redondo.