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18 nov 2011

Guy Roques...


Paz en el Río





Preámbulo para mis lectores



Este texto es el tercero de una trilogía que escribí en febrero en Argentina a orillas del

Río de mi vida el mágico Futaleufú.  Los dos primeros textos se titulaban : “ La Soledad del Pescador”  y “ El Viento y Yo…”

“Paz en el Río”  concluye la trilogía. Para mí es lo mismo que un tríptico en pintura, no se puede quitar una parte. Yo elijo cuando se tiene que publicar cada parte. Considero la época importante. Este último texto no podía salir en un momento en que los ríos, los nuestros por supuesto, no estén en paz.     







Por fin paró el viento. Un sol radiante parecía haber planchado el Futaleufú como si fuera una camisa de agua. Salí a pescar en un mundo de paz, de luz, de aguas transparentes que dejaban ver en su quietud los misterios de los fondos, algunas truchas que, al acercarse la  embarcación, se escabullaban como acuáticos pardales sorprendidos. Me invadía un extraño sentimiento de utilidad en el mundo como si se uniera en mí los cuatro elementos, riéndome en mis adentros de los consejos que me suelen dar, que es imprudente salir solo por aquel brazo de mar. Si tuviese este miedo no podría entrar en mi paraíso, no podría escribir más.



Este año me están pescando  la Isla Banana más que de costumbre y el resultado es que las truchas son muy selectivas, tanto en superficie como abajo con ninfas o ahogadas. Hoy es un día de “seca”. Me acuerdo del año pasado y pongo un pequeño “espent” que convence a dos o tres peces de ridículo tamaño pero los grandes descubren el engaño, ascienden y se paran mirando la mosca con desagrado en su incierta deriva. Decido cambiar de sitio. A poco trecho río abajo hay una recta que tiene la margen derecha vadeable con el nivel actual de agua. No la pesca casi nadie. Los pescadores  suelen bajar por la otra orilla lanzando desde el bote. Para mí la pesca de vadeo es mucho más técnica e interesante. Empiezo a mosca ahogada con la línea adecuada esto es, flotante con una punta “sinking” de  tres metros. Una “pallareta” en punta y una “falangista” a unos 60 cm. En el segundo lance siento un tirón violento, el pez me saca carrete hasta el “backing”, brinca y me rompe. La punta en 0,14 no aguantó la inercia de la línea. ¡Empezamos bien!



Mientras estoy montando otras moscas veo una cebada cerca y otra más abajo. No puedo perder esta oportunidad de pescar a “seca”. Hace ocho días que espero una eclosión pescando a estrímer con desgana. Lo cambio todo y ato un pequeño tricóptero. Nada. Veo más cebadas pero en esta larga corriente bastante movida no consigo identificar ningún mosquito. Cambio varias veces sin resultado.


 Para ver mejor el artificial opto por una mosca que me dio buenos resultados en Asturias, anzuelo Tiemco 100 del 18, cercos cortos, cuerpo pavo real, collarín rojo con un penacho de fibras blancas....Una fiesta....las truchas comen francamente. Muchas sacan el lomo antes de tragar. Creo que se confunden con una hormiga. Me acuerdo un momento del Viento enemigo, del invierno en Europa, de algunos problemas más, de estos problemas que tienen los que no pasan hambre, y enseguida me olvido de todo consciente de que lo que estoy viviendo es único e irrepetible.



Al volver al puerto, alegre y satisfecho, relajado con la cabeza llena de capturas, pienso también en el nuevo peligro que amenaza el río de mi vida, un río mágico que supo triunfar del desastre del volcán con su nube de ceniza y regenerarse en 3 años pero que ahora sufre en su parte chilena la invasión de Didymo el alga mortífera que mi amigo Aladino el indio, el que inmortalicé en mis escritos aunque no le importa un “chimango”, llama “la baba de la piedra” echando la culpa a la ceniza volcánica que le sirvió de abono y a las botas de vadeo con fieltro, totalmente inútiles en esta  zona alta del Futaleufú.

 

ALASKA 2011



En mi segundo libro (Mosquero Andante, Tutor 2001) dedico un capítulo a mi primer viaje a Alaska en 1993 comentando vivencias y capturas que me dejaron, a pesar de la belleza del entorno y del encanto del viaje, un mal sabor de boca porque la mayoría de los salmones que pescábamos entonces venían robados :

....“Por eso se ven, de vez en cuando, salmones que navegan arrastrando hilos de colores y semejan, pobres desgraciados, acuáticos toros con banderillas. Me coloqué en la cola de una rasera con un escalón ancho, donde paraban sockeyes y algunos Kings antes de seguir subiendo. Me cansé de engancharlos de cualquier manera.” (Mosquero Andante p:157)

            Por estas razones y algunas más no pensaba repetir el viaje pero cuando uno de mis amigos de Valladolid me invitó a acompañarle durante una semana  a finales de  este mes de julio 2011 mi espíritu de viajero impenitente se puso en marcha como un viejo reloj cuya cuerda está sin gastar todavía. Lo interesante del proyecto era que íbamos a pescar una zona que desconocía, al norte de Anchorage, alrededor de la ciudad de Talkeetna. Otra motivación profunda era probar la caña de dos manos que considero ideal para el salmón después de usar todos los modelos que cayeron entre mis manos, es una caña de 12 pies en cuatro tramos, montada especialmente para mí por uno de los mejores especialista españoles, mi amigo Roberto Coll de Valencia.

            Finalmente facturamos en Bilbao con destino a  Anchorage vía Frankfurt. El vuelo por el polo norte es más corto que el que transita por los Estados Unidos pero el cambio de horario es igual, 10 horas que se tragan bastante bien a la ida pero muy indigestas a la vuelta. Lo que en un principio no tenía bien claro era el número de participantes. Cuando organizo un viaje por mi cuenta me parece bien limitarse a 4 pescadores, 2 por coche. Pero en un viaje así organizado por una empresa nos encontramos 15 pescadores a repartir cada día por los ríos. Es demasiado a mi entender pero por suerte no hubo ningún problema entre nosotros.

Por regla general, caminando  o bajando en embarcación pescamos los tributarios del Sustina River que estaba sucio por el deshielo pero los afluentes eran de aguas limpias y bastante bajas. En la desembocadura del Wilow Creek había demasiada gente para mi gusto. De todos los sitios prospectados, mi preferencia fue para la desembocadura del Montana en el Sustina. El acceso se hace a través de un bosque. Me dieron un repelente para los osos pero lo perdí. Cuando vi la primera cagada me sentí un poco raro. Coincidimos con el remonte de los jorobados Pink y de los dientudos Chum muy agresivos y que entran en su gran mayoría a la mosca por la boca siendo el robo un accidente. Tienen una hermosa librea de rayas anchas, dientes que a veces cortan el hilo y sobre todo pelean como demonios con un  peso medio de 4 kilos. Los hay de 7 kilos y más. Estos salmones nos obsequiaron con grandes momentos de emoción. Tenían sus días para las moscas pero por regla general funcionaban mejor las pequeñas como para el salmón atlántico.

            Hubo momentos de tirar y sacar. Quise hacer una serie de experiencias para no sentirme atado a la codicia de la pesca. Es mi temperamento, cuando me harto de algo me canso enseguida. Me pasa lo mismo con las cosas y con ciertas personas. Hay hermosas excepciones. Tenía unas moscas azules con plumas de arrendajo que utilizo también en reservorio y por esa razón venían sin muerte. El resultado fue que todos los salmones que clavé se me soltaron en la pelea. En cuanto a los hilos probé primero un 0,25. Tuve varias roturas. El nailon que mejor aguantó fue un 0,33 encontrado de pura suerte en el río. Probé un nuevo montaje de hijuela en el que el ramal  se queda a 90º. Le até una mosca ligera. La segunda mosca venía en punta a unos 80 cm. Complicando el tema corté el hilo entre las 2 moscas para probar un nuevo nudo mío (tipo Duncan) que funciona muy bien, es superior al clásico “barril” y es fuerte aunque sus mejores resultados los da en gruesos diámetros, los de la primera parte de un bajo de línea por ejemplo. Como siempre no tenía las colas de rata adecuadas porque no soy de los que viajan con una maleta llena de carretes. Las Teeny 200 y 350 que tanto me hicieron falta en Canadá no salieron de su estuche. Pesqué casi siempre  con una sinking # 7 de hundimiento 3, convencido de que la mejor opción hubiese sido una intermedia del mismo tamaño, o mi especial línea para ahogadas pero las dos quedaron  en casa. Para tan poco tiempo  no me quise cargar.

            En esa semana pescamos gran cantidad de salmones Chum y algunos Silver. Muy pocos se fueron al ahumadero. Los compañeros que más pescaron fueron los que alternaron la mosca con la cucharilla y supieron insistir en ciertos sitios. Siempre pasa lo mismo en los remontes, hay zonas donde los salmones suelen parar algún tiempo antes de proseguir su misteriosos y casi invisible caminar hacia su destino. Pensándolo bien, a los humanos, aunque es de otra forma, nos pasa lo mismo !!! 

                                                                                                                        -- gR – Verano 2011

15 nov 2011

Solidaridad para nuestros amigos de Valle Iruelas y nuestros ríos.


MUERTE EN FUENTES CLARAS.


Texto y fotos:
Luis Trujillo






ESTAMOS HARTOS, MUY HARTOS...



El año pasado fue en octubre, y este año en noviembre. La tardía aparición de las lluvias en este otoño ha hecho que los peces viviesen tranquilos un poquito más de tiempo en la presa de Fuentes Claras, en Ávila capital, pero algo de tiempo después de las lluvias, los peces no soportan más VENENO.


No faltará algún político que salga a la palestra a decir, como ya ocurrió el año pasado, a decir cosas como " se mueren por falta de oxígeno", o " el problema es que hay una SOBREPOBLACIÓN DE PECES"...Lamentable.




Y si les falta oxígeno, ¿por qué será?...¿no tendrán algo que ver los vertidos de AGUAS FECALES que se producen cada vez que llueve de manera abundante?...

Ellos saben los problemas que hay, pero no hacen nada por solucionarlos, aunque se lo vamos a recordar: LA RED DE ALCANTARILLADO ES INSUFICIENTE, Y SE SATURA CADA VEZ QUE LLUEVE, SALTANDO LAS TAPAS DE LAS ALCANTARILLAS. Claro ejemplo es la que hay al final de la bajada de "Los Cuatro Postes", a la que hemos observado rebosar en varias ocasiones.

A partir de este punto, prácticamente desaparece la vida del río, y si a esto le sumamos que en el pretratamiento de la EDAR, rebosa con cierta frecuencia, tenemos UNO DE LOS EMBALSES MÁS CONTAMINADOS DE LA CUENCA DEL DUERO, en el que los peces mueren y además, para rizar el rizo, es una de las fuentes alternativas de agua de Ávila capital para consumo humano.



A día de hoy han muerto unas decenas de peces, principalmente barbos, aunque todo apunta a que si en los próximos días vuelve a entrar MIERDA en el embalse, pueden llegar a ser cientos los que mueran, ya que hemos observado multitud de grupos de ellos con el morro fuera del agua para buscar fuera del agua el oxígeno que no hay dentro.

Unas fotos ilustran este DESASTRE, aunque si sufres del corazón, es mucho mejor que no las veas...

Ahí está, la balsa del pretratamiento de la EDAR de Ávila, rebosando...



La ya famosa tapa de arqueta de la bajada de los Cuatro Postes junto al río...

El río a partir de la citada arqueta, queda sin vida. TOTALMENTE CONTAMINADO, hasta la presa de Fuentes Claras. Barbos muertos durante estos días en Fuentes Claras. Algunos caen a la presa de Las Cogotas por el alviadero de Fuentes Claras. En esta foto cuatro ejemplares...

Por si alguién no lo veía, se lo señalamos. No es dificil ver estas cosas dentro del agua en esta presa, especialmente en la entrada del Adaja...

Mas....


¿estos peces resistirán?... el pasado viernes buscaban oxígeno fuera del agua... Ya veremos...

Seguiremos contándolo, y si lo quieres comprobar, pásate por Fuentes Claras y lo podrás ver tú mismo.

Por cierto, no descartamos emprender otro tipo de acciones.

Noviembre de 2011.

11 nov 2011

PescaTravel


¡Ya es Primavera 
en el Hemisferio Sur!


Es el momento para grandes viajes de pesca al Amazonas, la Patagonia o Nueva Zelanda. Hemos ampliado nuestra selección de destinos de pesca de trucha, salmón, dorado y otras especies en el hemisferio sur para completar una selección de los mejores lugares del hemisferio.  Unete a uno de nuestros viajes programados: explora los grandes ríos trucheros de Nueva Zelanda con nosotros, o acompáñanos en un viaje combinado para pescar los mejores ríos trucheros del norte de la Patagonia Argentina y luego tentar enormes dorados a mosca en Salta, o si no vente con nosotros en un viaje en grupo al llamado "Lago Jurásico" en Argentina, también conocido como Lago Strobel, el mejor destino del mundo para la pesca de truchas arco iris de trofeo...aún nos quedan un par de plazas. Visita nuestro web en www.pescatravel.com para ver las últimas ofertas del momento o contacta con nosotros en info@pescatravel.com.

DESTINOS DESTACADOS:

Lago Strobel, Argentina

El Mejor Destino del Mundo para Truchas Arcos Iris (Más información)




Salta, Argentina
Dorados Gigantes a Mosca (Solicitar Información)



Cuenca del Río Negro
Pavones en el Amazonas Virgen (Más información)




Tierra del Fuego
Reos en el Mítico Río Grande (Solicitar información)

Tierra del Fuego, Reos en el Mítico Río Grande


Coyhaique, Chile
Truchas y Grandes Salmones en la Patagonia (Solicitar información)


Viajes Programados

7 -21 de Enero, Nueva Zelanda
(Solicitar información)

31 de Enero - 7 de Febrero, Coyhaique
Pesca de Truchas y Salmones Chinook
(Solicitar información)

4-11 de Marzo, Viaje Combinado
Truchas y Dorados en Argentina
(Solicitar información)

17 - 24 de Marzo, Lago Strobel, Argentina
(Solicitar información)


Ofertas Especiales

Río Paloma, ¡2 x 1!
1 Semana: 1.250€ por persona

Coyhaique
1 Semana: 1.300€ por persona

Lago Strobel
1 Semana: 2.595€ por persona


Destinos de Agua Dulce de Invierno

Argentina
Dorado Cua
Esteros del Ibera
Lago Strobel
Río Aluminé
Río Chimehuin
Río Dorado
Río Juramento
Río Gallegos
Río Malleo
Río Limay
Río Tucanes
Tierra del Fuego

Brasil
Cuenca del Río Negro

Chile
Coyhaique
Río Baker
Río Paloma
Río Petrohüe
Río Puelo
Rosselot
Tierra del Fuego
Yelcho

Nueva Zelanda
Taupo (Isla Norte)
Nelson (Isla Sur)

Uruguay
Río Uruguay

2 nov 2011

Ayuda para un río Gallego, El Sar.

En la Web de Miguel Piñeiro.  http://www.miguelpesca.com/especiales%20sar2011%202.htm
La lenta agonía del río Sar
Texto: Cristina Botrán. Fotos: Martín.
El último vertido dejó tras de sí no sólo truchas y reos muertos, sino también anguilas. Vecinos de Brión, en un intento desesperado por salvarlas, recogieron decenas. Nadie se hizo cargo de ellas y siguen en un estanque.
No es un río muerto, pese a lo que muchos creen o quieren hacer creer (intencionadamente o no). Pero el Sar sí es, por desgracia, uno de los cauces fluviales gallegos cuyas aguas soportan desde hace años uno de los más altos niveles de contaminación.
El último atentado, denunciado por este diario, tuvo lugar el pasado miércoles, día 5 de octubre, cuando sus aguas amanecieron cubiertas de un denso manto de espuma, visible durante varios días en la localidad brionesa de Chave da Ponte. El foco contaminante, que la Consellería de Medio Ambiente achaca al sistema de depuración de la EDAR de Silvouta, dejó a su paso un reguero de truchas y reos muertos. Pudieron verse días después aguas abajo, como se publicó.
Sin embargo, y según las llamadas telefónicas recibidas en la redacción de este diario a posteriori de la publicación del artículo, el vertido habría aparecido ya en las aguas del Sar, el viernes 30 de septiembre.
Según relatan testigos directos de Vidaloíso (localidad brionesa distante unos kilómetros aguas arriba de Chave da Ponte), atraídos al río por el olor nauseabundo que había en la zona, se encontraron con un espectáculo estremecedor: decenas de peces bajaban agonizando, y las anguilas, una de las especies fluviales más resistentes, nadaban aturdidas, con la cabeza fuera del agua en un intento desesperado por oxigenarse. Muchas quedaron por el camino, arrimadas a la orilla, sin fuerzas para continuar y allí murieron.
“O que vin ese día deixoume fría”, relata C.S., una vecina de la zona. “Sabía que había vida no Sar, pero nunca me imaxinei que houbese tanta”, dice. “Púxoseme un nudo no estómago...”. Ella, al igual que otro vecino, decidieron que no se podían quedar con los brazos cruzados, que había que actuar. Comenzó entonces una carrera a contrarreloj para intentar salvar los más ejemplares posibles. Provistos de barreños de agua limpia recuperaron del río gran cantidad de anguilas.
“Deixábanse coller coma se nada...”.
Otras muchas quedaron en el el lecho, moribundas, condenadas a una lenta agonía...
Las que pudieron salvar permanecieron durante horas en los baldes a la espera de que el Seprona o algún organismo se hiciese cargo de ellas.... “Fartámonos de chamar a un sitio e a outro para denunciar o atentado ecolóxico e para que se tomaran medidas. Tardaron horas en vir, e cando viñeron e lles amosamos as anguías que salvamos, dixéronnos que fixeramos con elas o que quixeramos... Alí as deixaron”.
Una semana después del suceso, los ejemplares que lograron salvar del río permanecen en el estanque de un vecino de la localidad de Vidaloíso, destinado a tortugas, a la espera de que las aguas bajen otra vez limpias y puedan ser devueltas al cauce.
El viernes, día 30 de septiembre, según las denuncias recibidas en esta redacción, las aguas del Sar bajaban por Vidaloíso “brancas, cheas de escuma, como se lle botaran Mistol”... El sábado y el domingo, 1 y 2 de octubre, “xa viña da cor do purín”. La balsa que existe en la zona condensa cantidad de desperdicio... “da cor do chapapote”. Los vecinos entienden que la causa puede derivar en parte de la EDAR de Silvouta, pero también apuntan a la decantadora de Sisalde (Ames). “Ese venres o que saía desta última era todo menos agua limpa”, indican.
Ya sean vertidos procedentes del sistema de depuración, industriales o de otra índole, lo cierto es que el Sar es receptáculo habitual de focos contaminantes. “Vimos moitas veces o río turbio, con espuma pero coma desta vez, nunca. O máis curioso é que estes feitos sempre teñen lugar no fin de semana. Pode que ao levar menos auga sexa máis evidente...”.
Hace dos días (el viernes 7) vecinos de Compostela denunciaban vía telefónica a este medio de comunicación la presencia de varias decenas de peces muertos en el Sar a la altura del puente de A Rocha. Apuntaban como causa a unas obras de alcantarillado...
Pese a las agresiones que sufre el Sar, el río se aferra con todas sus fuerzas a la vida, dando toda una lección de supervivencia... El SOS desesperado que lanzan sus aguas no parece oírlo nadie, salvo pescadores concienciados de que este cauce fluvial necesita una regeneración urgente, o unos pocos ribereños que, como los de Vidaloíso, se preguntan hasta cuándo durará la agonía del río; por qué nadie escucha su lamento; quién responderá por los últimos sucesos y si se depurarán o no responsabilidades por estas agresiones medioambientales.


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1 nov 2011

Los Barbos de Mirueña


Se trata de uno de los embalses más pequeños que poee la provincia de Ávila, pero que a mi, particularmente me gusta y me cae muy cerca de casa.
...difícil está la cosa en Mirueña. No, no lo digo por los peces, lo digo porque es un lugar maldito para los lances.  Sus laderas son demasiado empinadas y hay que ser especialista en levantar la línea por encima de los altos yerbajos que tienes detrás a varios metros por encima, y ahora que el embalse está bajo, mucho más. El caso es que comencé sobre las diez de la mañana, una mañana clara y con poco viento, pero que luego se levantó, aunque no era fuerte.
Después hicieron su aparición  las nubes, que dejaban ver el sol entre claros, oportunidad que yo aprovechaba para escudriñar las orillas desde la altura del cortado sin acercarme demasiado para  no espantar a los posibles inquilinos que las frecuentan.
Esperaba que a eso de las doce del mediodía saliesen las hormigas para volar, ya que lo habían hecho en días anteriores y las condiciones parecían favorables. La actividad de los peces era casi nula. Las carpas ni se las veía, y los barbos que eran los que surgían de vez en cuando en la superficie, eran muy escasos, pero mi experiencia me decía que llegaría el momento en que lo hiciesen, aunque no eclosionasen las hormigas.
Sabía con certeza que se moverían llegadas las doce o la una del mediodía. Esperaba que en sus “recuerdos” perdurase lo que en días atrás habían vivido y comido y se moviesen a la espera de que volasen algunas de las más retrasadas... ya se sabe, no con mucha profusión pero alguna de vez en cuando.


Así fue, al principio veía algunos barbos que sacaban su cabeza y al regresar a la profundidad, me mostraban su cola, detalle que los diferencia de otros peces y nos da a conocer su identidad. No me cabía duda, desde este momento, estaré a la expectativa de aquellos que se muevan cercanos a la orilla  tomando algún insecto, que despistado, habría volado por equivocación hasta el agua.


No sé si se trataba de hormigas, ya que no vi volar más que unas pocas, pero eran suficientes para alertar a sus posibles comensales, que deseosos de alimento esperan reponer las fuerzas que necesitan para pasar el crudo invierno de este embalse, que en esta estación es de los más fríos.

El primer lance lo hice sobre una ceba  cercana, serían las once y media aproximadamente y me pareció, por su movimiento, que era un pez de buen tamaño.


Fueron escasos los segundos que hube de esperar, el pez tomó la artificial con ganas y sin dudar. Su carrera hacia la profundidad y los cortados sumergidos que aquí abundan, fue espectacular.
Que fuerza, que poderío. Ya conozco sus tretas de ocasiones anteriores y traté de que no se fuese hacia las rocas, pero no lo podía evitar.





Sus arremetidas eran dramáticas para mí pensar, y en menos de treinta segundos, acabo toda lucha y emoción, había roto el terminal. Examiné la punta rozada por las aristas cortantes de las pizarras por las que había pasado el animal. Claro, el terminal del número catorce es poco fiable para este colosal y enérgico oponente, debía poner algo más fuerte y fehaciente para tener alguna opción, de lo contrario y como en otras ocasiones, no llegaría a ver ninguno fuera del agua.

Buqué en mis bolsillos otro número de terminal… maldición, no tenía más que el doce y el catorce. Opté por volver a colocar el mismo confiando en que mi experiencia haría lo suficiente para que el pez no me rompiese antes de llegar a la profundidad. No fue así, otros dos más me hicieron la misma jugada tirando como posesos para lo más profundo y los cortados sumergidos.

No pude hacer nada. Mi desesperación y la pérdida de tres moscas ya me hacía poner de mal humor, pero la pesca es así y yo hoy, no venía preparado. Una estupidez por mi parte, ya que sabía lo que ocurriría si no llevaba el hilo adecuado. Revolví en mis bolsillos de nuevo… y sorpresa. Días antes, habíamos tenido un encuentro en otro embalse, para enseñar con lecciones prácticas a los niños a pescar con mosca, y por ende yo había metido un carrete de hilo que encontré por casualidad para este menester y que hubiese la seguridad de que los niños no rompiesen fácilmente. Era del número  veintiséis, demasiado grueso pensé, lo verán. Mi siguiente mosca iba atada a este terminal, tenía la esperanza de que no me rechazasen,  la imitación era demasiado buena para que se fijasen en otra cosa.


Continué por la orilla oteando muy despacio, pero no estaban en ella. Los que se movían lo hacían hacia dentro, y a algunos, con un poco de pericia, les podría llegar. El siguiente en caer era una bestia submarina, un misil de las profundidades. Tomó la mosca con convicción y sin desconfianza alguna. Sentía y notaba cómo la línea franqueaba  las rocas y temía que en cualquier momento acabase la lucha, y que la amenaza de escapada del animal sería inminente.  Tras algunas carreras alocadas sus fuerzas fueron mermando, disminuyeron sus sorprendentes huídas  y conseguí salvar las rocas de las profundidades, haciéndolo subir a la superficie y poder ver a tan hermoso ejemplar de alrededor de los dos kilos. Algunas fotos para el recuerdo, suelta, y a continuar con su vida normal. El terminal había aguantado perfectamente, estaba tan deteriorado y rozado por varias partes que lo hube de cambiar intuyendo que en la siguiente ocasión no pudiese aguantar.


Eran las dos del mediodía o de la tarde, como se quiera pensar. Los peces aún seguían con actividad, pero yo tenía que regresar. En total hice cinco capturas que pude fotografiar, más los tres que me rompieron por exceso de confianza y darle más oportunidades a esta bravo animal.






Los Barbos de Mirueña, los que casi nadie conoce... he de reconocer, que son, mi gran debilidad.

.-.